dijous, 14 de novembre del 2013

RECOMENDACIONES Y ESTRATEGIAS PARA TRATAR EL TDAH


Uno de los trastornos que más presencia está teniendo últimamente en las aulas de las escuelas es el conocido como TDA (Trastorno del Déficit de Atención). Si se tiene un mínimo contacto con el mundo educativo, se comprobará que cada vez se habla más de alumnos a los que se les ha detectado este trastorno que, además, puede ir acompañado de hiperactividad (de aquí que se le conozca oficialmente como TDAH).


Este problema de origen neurobiológico provoca trastornos de conducta en los alumnos de manera bastante frecuente. Son comportamientos que desafían las normas, las reglas y la autoridad porque es un trastorno negativista desafiante. Los que lo sufren tienen cierto riesgo de desajustes y de rechazo social. También es frecuente observar en alumnos con TDA, aunque en menor medida, trastornos específicos de aprendizaje, como por ejemplo problemas de lectura (dislexia), de escritura (disgrafía), alteraciones del cálculo matemático o del lenguaje, con dificultades manifiestas para expresarse. Estos cuadros pueden ir acompañados de ansiedad y hasta de problemas en la coordinación y la psicomotricidad. Ya es menos probable, pero sí posible, observar trastornos de tics y trastornos depresivos y afectivos en alumnos con esta problemática.

Uno de los grandes retos del mundo educativo hoy en día es cómo ofrecer una ayuda y una atención personalizada a los alumnos que sufren este trastorno y cómo gestionar esta problemática en el día a día de una clase, especialmente cuando el trastorno se detecta y diagnostica en la ESO, cuando el alumno está en plena adolescencia.

En estos casos, probablemente ya no se perciba la hiperactividad, ya que el alumno será capaz de permanecer sentado, aunque le sea difícil seguir las clases. Pero en cambio sí que se mantendrán las dificultades de atención, así como la impulsividad. Probablemente serán alumnos con dificultades de organización y planificación, de control del tiempo y de establecimiento de prioridades. Cuando se tiene el diagnóstico de un alumno con TDAH, hay que seguir, pues, una serie de recomendaciones y estrategias que afectan desde la gestión del aula hasta el soporte especializado.

Los alumnos con TDAH tienden a distraerse con facilidad en clase.
Podemos ayudar a un alumno con TDAH si ponemos en práctica técnicas para conseguir su atención: por ejemplo si fraccionamos una actividad larga en pasos más pequeños y nos fijamos en si el alumno lo ha comprendido o no; podemos proporcionar información periódica sobre la calidad del trabajo; utilizar diagramas, gráficos e imágenes para visualizar aquello que se explica con palabras; proporcionar amplias posibilidades de práctica; mostrar en acciones aquello que deseamos que los alumnos hagan y proporcionar instrucciones claras sobre las estrategias a utilizar. Luego deberemos, pero, implicar al alumno en el aprendizaje.

Para implicar a un alumno con TDAH es muy importante la interacción con este tipo de alumno a través de preguntas, conversaciones... Podemos relacionar el tema con las experiencias vividas previamente por el alumnado. En ocasiones, es necesario adaptar los objetivos y las actividades a sus posibilidades de aprendizaje, siempre con la intención de que el alumno pueda realizar con éxito el máximo nombre de tareas posible. Para implicar a estos alumnos es bueno, sobre todo, utilizar metodologías de trabajo en pequeños grupos.

Todas estas técnicas son importantes para la organización y la planificación de la actividad de los alumnos, especialmente en la etapa de Educación Secundaria. Pero para poder realizar un seguimiento adecuado, es vital por parte del profesorado llevar a cabo un Plan visual de trabajo individual que refuerce el seguimiento del alumno. Del mismo modo, hay que seguir estrategias concretas para realizar una prueba escrita, adaptándola a las capacidades del alumno con TDAH. Y, en caso de éxito o fracaso, siempre incrementar los incentivos, no los castigos.

La implicación del profesorado en el aprendizaje de los alumnos con un TDAH diagnosticado es, pues, importantísima. Y el conocimiento y el dominio de las técnicas para trabajar con estos casos es, hoy día, formación elemental y básica para el profesorado.


Podéis encontrar más información sobre el TDAH en estos enlaces:


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